Una vez más, fue obvio el papel que jugaron los latinos en estas elecciones para llevar a los respectivos ganadores hacia la victoria.
El martes 5 de noviembre, el pueblo estadounidense acudió a las urnas de votación para elegir a los futuros gobernadores de los estados de Nueva Jersey y Virginia
Y una vez más, fue obvio que el papel que jugaron los latinos en estas elecciones para llevar a los respectivos ganadores hacia la victoria, fue sumamente importante.
En Virginia, los votantes eligieron al demócrata Terry McAuliffe como su próximo gobernador. Según las encuestas de salida hechas por Latino Decisions, McAuliffe se llevó el 66% del voto latino; dejando al republicano Cuccinelli con solo el 29% de dicho electorado.
Estas cifras indican cómo los latinos se sienten con relación a los republicanos ultra conservadores y al partido en general. Con respecto a Cuccinelli, los latinos se dan cuenta de sus políticas extremistas.
En gran parte, esto se dirige a las políticas antiinmigrantes del republicano, y comentarios ofensivos hechos por Cuccinelli dirigidos a la comunidad inmigrante, donde el candidato se refirió a éstos como ratas.
En Nueva Jersey, el gobernador republicano Chris Christie fue reelegido con aproximadamente el 51% del voto latino. En gran parte, esto tiene mucho que ver con el apoyo del gobernador en el tema de la reforma migratoria.
Christie recientemente cambió su posición y puso su apoyo detrás de un proyecto de ley que permitiría matrículas estatales para los “soñadores”, los aproximadamente 2,1 millones de indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños y que podrían, potencialmente, beneficiarse de la aprobación de la ley denominada Dream Act (por sus siglas en inglés).
Una gran parte de los latinos en Nueva Jersey no apoya la mayoría de las políticas del gobernador, pero suelen identificarse con el gobernador personalmente; un factor importante que influyó a la mayoría de los latinos para que votaran por él.
Y aunque el gobernador pudo lograr la victoria electoral en Nueva Jersey, lo mismo es improbable en unas elecciones presidenciales.
La realidad es que Christie tuvo una subida empinada en las primarias republicanas, gracias a los miembros del “Tea Party,” el sector extremista del mismo partido, que probablemente no lo dejarán llegar a la nominación republicana.
Y si lo dejaran hacer, Christie no tendría chance contra la popular, agradable y potencial candidata presidencial, Hillary Clinton. Hillary, una gran aliada de la comunidad latina, tiene un 66% de apoyo dentro de la misma comunidad.
Todavía falta mucho para que lleguen las elecciones presidenciales del 2016, y posiblemente muchos digan que aún es muy temprano para especulaciones y estrategias.
Pero lo cierto es que si los republicanos quieren un chance real para entrar a la Casa Blanca, deberán ejecutar una auditoría interna de su marca y de cómo se dirigen a nuestra comunidad.
Sólo así, ellos tendrán una oportunidad de conseguir el voto latino, la herramienta que en años recientes, elección por elección, presidenciales o no, juega un papel clave hacia la victoria.
Este artículo fue publicado originalmente en Washington Hispanic
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